Fuente: El Comercio. |
Con respecto a la conmovedora
manera en que se entonó nuestro himno nacional en tierras suizas para el
encuentro amistoso ante la selección de Arabia Saudita, mostraremos algunos de
los fervores más estremecedores de las selecciones de fútbol al momento de
aquel símbolo de sus respectivas patrias al momento de representarlas.
Una de la tarde, hora peruana, y
el país se detenía por completo para ver nuevamente a la selección, esta vez
para enfrentar al cuadro árabe, también clasificado para el mundial de Rusia.
Tal vez no generaría tanto revuelo un partido ante este rival y menos en un
amistoso, sin embargo, en estas circunstancias a puertas de un mundial en el que
sí vamos a jugar y con el regreso de Paolo Guerrero tras su batalla legal, no
es para menos.
Un solo canto. Millones de voces
Esta clasificación saca lo mejor
del hincha peruano. Nos comprometemos con el rojo, con el blanco, con los
símbolos patrios y es precisamente con uno de estos últimos que hicimos temblar
toda Suiza. Entiéndase como composición musical emblemática de un país o un
grito antes de un combate como lo es el fútbol, lejos de querer generar
violencia o distorsión en el juego; la analogía más empleada es esta.
Mano a pecho, quince mil hinchas
de los veinte de capacidad del estadio, eran peruanos y cargados de nostálgicas
ilusiones por su equipo y las gargantas limpias, fuertes y ansiosas por cantar.
Basta con solo ver a los once jugadores, entre ellos Renato Tapia, Aldo Corzo, Pedro
Gallese y a un emotivo Paolo Guerrero que pugnaba contra las lágrimas para
saber que nunca fuimos más peruanos que en este periodo bendito.
Así como en Lima contra Colombia
por la última fecha de la eliminatoria, como contra Nueva Zelanda cuando se
logró la clasificación, las sagradas notas del himno nacional no habían tenido
tanta potencia y corazón. Solamente podrá ser superado el sábado 16 de junio,
cuando volvamos a otra justa mundialista, esta ocasión en tierras rusas,
pisando el gras del estadio de Saransk cuales paredes no saben lo que les
espera, cuyos daneses no sospechan el estruendo que será. Un borrón y cuenta
nueva para todo: mundial, patriotismo, orgullo. Perú.
Pasiones entonadas
Asimismo, otras naciones han
sabido traducir su emoción en himnos. Si bien se trata de selecciones
acostumbradas a estos eventos; mundiales, juegos olímpicos, confederaciones, su
canto es como la primera vez, con ese espíritu -como se menciona para señalar
pasión- amateur que contagian.
Brasil en su mundial en 2014
vivía un ritual sagrado cada vez que las notas de su himno nacional llenaban el
estadio y su país, llegando a continuar cantando incluso finalizado el tiempo
protocolar que se les otorga a las selecciones.
Argentina se queda corta en
palabras, al igual que su canto, ya que la entrada de su himno es tan larga que
se acompaña con el coro de las tribunas al compás de la melodía, sin embargo,
con los años han conseguido que se nos estremezca el cuerpo con la tremenda
marcialidad, respeto y pasión que traslucen al escucharlo y nos lo hacen sentir
de tal manera que los escuchamos de algún modo.
Uruguay, batallador por tradición
y siempre rebelde a los malos resultados, no podía ser de otra manera al
momento de cantar. Enfático e imponente, la letra de su himno es puro
temperamento: “Orientales, la patria o la tumba/Libertad o con gloria morir…”
Francia y su emblemática
Marsellesa, considerado el himno más hermoso del mundo, no solo queda como
frase hecha, ni en palabras vacías su grito de libertad y lucha hacia la
opresión, sino que sus jugadores lo llevaron al campo, más precisamente cuando
jugaron su única final en casa, allá por 1998.
Italia habrá quedado sin mundial,
pero los ‘Romanos’ sacan lustre de la historia cuando se trata de este sagrado
momento. Aquí podemos ver toda la grandeza de un caudillo notable como lo fue
Gianluigi Buffon.
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