Escrita por el maestro contemporáneo del terror, Stephen king, llega nuestras manos la llamada Trilogía Bill Hodges o Trilogía Mercedes, en la que el prolífico autor de Maine aborda un género nuevo del que nos tiene acostumbrados: el policial. Sin embargo, su toque ni estilo se pierde en estas novelas que, desde el 2014 comenzó a publicar.
Me es complicado no ser objetivo con Stephen King, ya que es mi escritor favorito por diversas razones, sin embargo aquí intentaré serlo. Claro que siendo consecuente con la línea El escritorio perdido, ya que no escribo reseñas destructivas, sino intento avivar el bicho de la lectura y de nada sacaría diciendo que tal libro es "malísimo", "un desastre" o "no lo lean".
Quise reseñar el ciclo "Bill Hodges" por separado, pero me decidí hacerlo con las tres en una misma reseña. Así que, comenzaré con el principio:
La trilogía Mercedes (como me gusta llamarla), se comformada por los siguientes títulos: "Mr. Mercedes", "Quien pierde paga" y "Fin de guardia". El protagonista es el Inspector retirado Gustavo William "Bill" Hodges, sus asistentes Holly Gibney, Jerome Robinson y el antagonista principal Brady Hartsfield.
EL MERCEDES GRIS
Con mucha curiosidad quise saber cómo es que construiría Stephen King su incursión en el policial con Mr. Mercedes (Plaza&Janés, 2014), claro, que hasta donde he leído de él, la novela corta "Camionero grande" me parece un guiño perfecto de un policial, aunque con tintes de thriller, bueno.
Como ya mencioné, el personaje principal, el encargado de llevar la acción y asignado a resolver el caso es Bill Hudges quien no pudo hallar al criminal responsable de haber atropellado con un Mercedes Benz robado a varias personas durante la madrugada mientras esperaban la apertura de la feria de empleos durante la crisis económica que azotó Estados Unidos durante 2009.
El malévolo y sádico Brady Hartsfield, responsable de la masacre, conocido por la prensa como "El asesino del Mercedes" o simplemente como "Mr. Mercedes", se regodea en su impunidad al mandarle una carta a un ya retirado Hudges, mofándose de él, retándolo y sin ocultar su retorcido placer por su crimen.
El villano, un experto en informática (característica de la saga), quien trabaja en una tienda de aparatos tecnológicos y de asistencia técnica en computadoras, reúne muchas manías y taras de las que King le fascina cargar a sus personajes: perturbado, genio, reprimido, errático por momentos, con doble moral, ambiguo, etc.
Fuente: CBC. |
Las pesquisas que realiza Hudges por su cuenta mediante la carta es el punto de partida para seguir la huella de un loco que dice acecharlo día y noche. La dueña del Mercedes empleado para el crimen, Olivia Trelawney es un personaje interesante que lo constituye muchos aspectos dignos de odios; prepotencia e indolencia, sin embargo su aparición es clave para desencadenar la acción que moverá la novela.
A Bill Hudges se le sumará su vecino, el adolescente afroamericano Jerome Robinson, quien le corta el césped y también lo ayuda con su computadora. Más tarde, aparecería mi favorita de la saga: Holly Gibney, prima de Olvia Trelawney, descrita como una solterona con la mirada esquiva, tics nerviosos y con una compulsión al cigarrillo. Sus habilidades deductivas y gran dominio con la informática, casi a la par con Brady, los convertirá en una amenaza para éste.
Sin duda que tiene momentos buenísimos. Sorpresas en la trama como solo el autor es capaz, sin embargo, no es un policial convencional. Conocemos de plano quién es el criminal, nos sumergimos más a una historia de venganzas y obsesiones, no tanto un thriller, sino una novela 'sucia' de Stephen King. Creo yo que llamarla policial le ha quedado demasiado grande.
QUIEN PIERDA PAGA
Sin duda, (esto es opinión personal) el más trepidante de la saga. Disfruté mucho con esta novela que, si bien aparecen los protagonistas de la primera entrega, lo hacen para concluir la historia, más no son claves. Aquí, los protagonistas enfrentados serán Peter Sauber y el antagonista Morris Bellamy.
Éste último es movido por una obsesión a un escritor de culto: John Rothstein, a irrumpir en su hogar para robarle papeles inéditos (al igual que mucho dinero ahorrado por el autor), lo cual lo consigue, sin embargo lo termina matando por un desafortunado revés. Aquí comienza la desgracia de Bellamy que lo llevará a la cárcel por más de treinta años.
En este periodo de encierro, Morris deberá sobrevivír con la esperanza de salir y buscar aquel botín que logra enterrar bajo un árbol a las afueras de su casa. Pero sin contar que Sauber los encontraría antes. Esto ayudará al niño a acercarse a la literatura y sobrevivir la crisis económica con su familia gracias al dinero también hallado.
El frenético trastorno que llevará al presidiario a cazar al ser que osó apropiarse de un tesoro que solo le pertenece a él. Aquí el maestro King entra en sustancia y comienza a llevarnos al desquicio que solamente una obsesión puede producir. Al joven Bellamy le esperará un predicamento en que implicaría la integridad familiar y para sus escasos veinte años, entraría en crisis. La más emocionante de la saga.
FIN DE GUARDIA
Se cierra un ciclo y Stephen King lo deja bastante claro cuando uno termina de leer el libro. Bill Hudges vuelve para darle un punto final a la confrontación con su némesis: Brady Hartsfield quien, en estado de coma en el hospital, regresa de una manera más descabellada que en una historia hecha por el genio de Maine, es totalmente válida.
Se puede ver que el género policial decae totalmente. El aspecto fantástico ('kiniano') es la manija principal para mover la acción, ya que el antagonista consigue desdoblarse e invadir las mentes y/o cuerpos de las víctimas para cometer los crímenes más despiadados.
Pero Fin de guardia también es la lucha del inspector en retiro contra el cáncer al páncreas que le detectar y dicha angustia nos golpea para enmarcar una novela llena de depresión, ansiedad y angustia. Quiero destacar que la figura de Holly Gibney crece mucho más, yo diría que es la gran protagonista de este libro, además de los detalles más acuciosos a Mr. Mercedes.
Es un cierre bastante digno, triste, pero bastante bueno, sin embargo, debo confesar que mi decepción, ya anticipada desde la primera entrega de la trilogía, que Stepehn King entró en aguas desconocidas para él como es el género policial. Y como no podía con su genio, volvió a lo que hace mejor: lo sobrenatural.
CONCLUSIÓN
En lo particular, La trilogía Mercedes es un grupo de novelas en que podemos disfrutar de la visión particular de Stephen King de delinear a protagonistas clásicos en el género policial, pero con su toque personal. Pintoresca visión del bueno, del malo, de los secuaces y los ayudantes.
Ojo, no es su fuerte, no cumpliría con los rasgos canónicos del policial convencional, sin embargo, está aceptable. Pero lo central, lo medular es leerla, sentirse con la motivación de querer formarse su propia opinión. Si la mía ayuda a dilucidar detalles bien, pero no es determinante. En libros y lecturas, nada jamás estará dicho, por más que King sea para mí, el Rey.
QUIEN PIERDA PAGA
Sin duda, (esto es opinión personal) el más trepidante de la saga. Disfruté mucho con esta novela que, si bien aparecen los protagonistas de la primera entrega, lo hacen para concluir la historia, más no son claves. Aquí, los protagonistas enfrentados serán Peter Sauber y el antagonista Morris Bellamy.
Éste último es movido por una obsesión a un escritor de culto: John Rothstein, a irrumpir en su hogar para robarle papeles inéditos (al igual que mucho dinero ahorrado por el autor), lo cual lo consigue, sin embargo lo termina matando por un desafortunado revés. Aquí comienza la desgracia de Bellamy que lo llevará a la cárcel por más de treinta años.
En este periodo de encierro, Morris deberá sobrevivír con la esperanza de salir y buscar aquel botín que logra enterrar bajo un árbol a las afueras de su casa. Pero sin contar que Sauber los encontraría antes. Esto ayudará al niño a acercarse a la literatura y sobrevivir la crisis económica con su familia gracias al dinero también hallado.
El frenético trastorno que llevará al presidiario a cazar al ser que osó apropiarse de un tesoro que solo le pertenece a él. Aquí el maestro King entra en sustancia y comienza a llevarnos al desquicio que solamente una obsesión puede producir. Al joven Bellamy le esperará un predicamento en que implicaría la integridad familiar y para sus escasos veinte años, entraría en crisis. La más emocionante de la saga.
FIN DE GUARDIA
Se cierra un ciclo y Stephen King lo deja bastante claro cuando uno termina de leer el libro. Bill Hudges vuelve para darle un punto final a la confrontación con su némesis: Brady Hartsfield quien, en estado de coma en el hospital, regresa de una manera más descabellada que en una historia hecha por el genio de Maine, es totalmente válida.
Se puede ver que el género policial decae totalmente. El aspecto fantástico ('kiniano') es la manija principal para mover la acción, ya que el antagonista consigue desdoblarse e invadir las mentes y/o cuerpos de las víctimas para cometer los crímenes más despiadados.
Pero Fin de guardia también es la lucha del inspector en retiro contra el cáncer al páncreas que le detectar y dicha angustia nos golpea para enmarcar una novela llena de depresión, ansiedad y angustia. Quiero destacar que la figura de Holly Gibney crece mucho más, yo diría que es la gran protagonista de este libro, además de los detalles más acuciosos a Mr. Mercedes.
Es un cierre bastante digno, triste, pero bastante bueno, sin embargo, debo confesar que mi decepción, ya anticipada desde la primera entrega de la trilogía, que Stepehn King entró en aguas desconocidas para él como es el género policial. Y como no podía con su genio, volvió a lo que hace mejor: lo sobrenatural.
CONCLUSIÓN
En lo particular, La trilogía Mercedes es un grupo de novelas en que podemos disfrutar de la visión particular de Stephen King de delinear a protagonistas clásicos en el género policial, pero con su toque personal. Pintoresca visión del bueno, del malo, de los secuaces y los ayudantes.
Ojo, no es su fuerte, no cumpliría con los rasgos canónicos del policial convencional, sin embargo, está aceptable. Pero lo central, lo medular es leerla, sentirse con la motivación de querer formarse su propia opinión. Si la mía ayuda a dilucidar detalles bien, pero no es determinante. En libros y lecturas, nada jamás estará dicho, por más que King sea para mí, el Rey.