Volvemos a la fiebre de los ídolos juveniles. Pero es el colmo de la histeria ver a multitudes de jovencitas delirar y gritar por chicos tan comunes como el vecino de al lado. La ola de Servando y Florentino dejó una puerta abierta y por qué no, nos abre los ojos. Justin Bieber. Ok, ya, ¿qué es eso? Nada más que el ídolo del momento por el desaforo colectivo adolescente femenino.
Un adolescente canadiense de 17 años (menor de edad) que canta y canta. Un rubio que a muchos le cae más pesado que una piedra en la vesícula. Y es que da vergüenza ajena ver a ... diremos chicas, que se tiran al suelo, gritan y lloran cuando, por desgracia, les dices: "Mándale un saludo a Justin". Empiezan las viudas su canto desesperante de sollozos desafinados y en coro, como si el periodista fuese a compadecerse y sacar, creo que si pudiera no lo haría, de la manga una entrada para el concierto del Bibber.
Para muchos de sus fans como yo, queremos que sea toda una estrella y verlo bien, pero bien lejos e inalcanzable. Muchos pensamos que su talento radica en el poco cerebro de las niñas y es que si aman tanto sus canciones, eso quiere decir que dominan el inglés, entonces por qué de tanto ICPNA's y Británicos en el país.
El fenómeno que desató Justin era predecible que suceda. Siempre aparecen grupos así o niños odiosos así, pero qué se le hace. Ahora hasta las madres se prestan para el lamentable espectáculo que protagoniza la hija, la sobrina, la nieta, va... Esperemos nomás a que crezca, se case cinco veces, rompa récords de divorcios, estreche relaciones con las drogas y al final confiese su homosexualidad, etc. Lo usual para estrellas como él. Y para terminar, Selena (Gómez) un consejo de 'pata': Deja al Bieber que después rehusará cumplir con la demanda de alimentos cuando pierda el juicio, que esperemos nunca se de a cabo dicha situación.
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