Nos hicimos sentir. Fuimos fuertes, valientes, atrevidos e irreverentes con la historia, a pesar de no poder ganar, demostramos garra y actitud. Se especuló, criticó, pronosticó y mucha brujería más ante los 'gauchos' y al final pudimos conseguir un punto en casa, en total 4 en esta fecha doble. Toda la fe descansaba en los hombros de los 11 que saldrían a enfrentar a la albiceleste de Messi y compañía y lo que propiciaba el debate eran los cambios: Advíncula desde el arranque, Lobatón en el medio, André Carrillo por Vargas, del cual se especuló millones de supuestos, y Pizarro como única punta ante la lesión de Guerrero.
Así jugamos
No sabemos si Argentina fue paciente, esperaba el contragolpe o que Perú se descuide, pero aún así, el equilibrio se movió por los tres del medio, Ramírez, Cruzado, Lobatón, de los que el fútbol debía ser gestado para alimentar y habilitar a Farfán, Carrillo y posteriormente a Claudio. Mucho más podemos hablar del penal, que si se falló y cambió la historia, que si Pizarro se queda en Alemania, si se cuida las piernas o nunca debería ser convocado, etc.
Lo cierto es que se desperdició una oportunidad que muy poco, por no decir nunca, se nos presenta; a los 2' de iniciado el encuentro, nos cobraron un penal a favor. Pero Perú se hizo fuerte ante el desperdicio y con jugada preparada, ahora sí que fue preparada, diseñada, aplicada, fenomenal, donde se vio la precisión de Rinaldo para cambiarle de frente al juego y Advíncula, que no es 'floro' su velocidad y le cedió el balón al medio para que Zambrano, con empuje y coraje, nos haga delirar con el primer tanto. Gol.
El Nacional se derrumbó en aliento y gritos por la desaforada rebeldía, queríamos romper la cadena de la historia. Lamentablemente la respuesta de Argentina no se hizo esperar. Si peñiscas al león es imposible que no ruja, y con un pase largo y definición tranquila, Higuaín empata las cosas. Pero de allí, el marcador no se movería y empezaría a redondearse una jornada brillante de Perú, donde la cereza del pastel fue la 'anulación total de Lionel Messi, que no apareció en todos los 90'.
Sin su máxima estrella, nos encargamos de hacer sudar a los argentinos con jugadas de peligro entre Farfán y Ramírez que demostró tranquilidad e inteligencia donde las papas queman, hasta un gol fenomenal nos hubiera regalado.
Si nosotros extrañamos a Guerrero, ellos extrañaron a Messi, a pesar que estuvo en el campo. A pesar de no poder conseguir los 3 puntos de local, el hincha se siente tranquilo, se siente bien porque hay equipo, hay trabajo, hay magia, hay selección comprometida para hacer frente al resto de los rivales y si se tiene que perder otra chance, al menos, morir de pie. ¡Gracias muchachos!
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