"Nuestra profesión no puede ser ejercida correctamente por nadie que sea
un cínico. Es necesario diferenciar: una cosa es ser escépticos, realistas,
prudentes. Esto es absolutamente necesario, de otro modo no se podría hacer
periodismo. El cinismo es una actitud inhumana, que nos aleja automáticamente
de nuestro oficio, al menos si uno lo concibe de una forma seria. Naturalmente,
aquí estamos hablando de un gran periodismo, que es el único del que vale la
pena ocuparse, y no de esa forma detestable de interpretarlo que con frecuencia
encontramos".
Bajo esa premisa nos aborda
Ryszard Kapuscinski en su libro Los cínicos no sirven para este oficio
(Anagrama, 1999). Sin duda, todo un manual de cómo debe ser un periodista, las
motivaciones y la integridad para quien se dedique a esto.
Con autoridad para hablar de
estos temas, me quedo (sí, lo digo en primera persona) con una de tantas otras frases,
que condensa esta profesión: “No podemos
cerrar nuestras oficinas a las 4 pm y ocuparnos de otras actividades. Este es
un trabajo que ocupa toda nuestra vida, no hay otro modo de ejercitarlo”.
Fuente: blogs.elpais.com |
Asimismo es crítico con, en ese
tiempo, la tecnología y los intereses económicos que estaban transformando al
periodismo, como las luchas entre medios de comunicación por captar más público
sin importar el tratamiento de las informaciones. También como la pérdida de la
empatía del reportero al abordar un tema y de cómo mimetizarse en el entorno
para recaudar datos y testimonios.
Sencillamente, enseñanzas de cómo
enamorarse de este oficio al cual, Kapuscinski advierte y deja bien en claro: “No es un medio para hacerse rico”. Y es
bastante enfático cuando sustenta que las malas personas no pueden ser buenos
periodistas, ya que se debe ser un buen hombre, primero.
*Consejo del maestro: Hay dos
elementos del periodismo; el sacrificio y el constante aprendizaje ya que el
mundo está en constante cambio, tanto coyuntural como tecnológico. Eso
diferencia a este oficio de los demás.