Todo lo demás, es un sueño...

Todo lo demás, es un sueño...
...sueña que es cierto

jueves, 14 de abril de 2016

OTROS POEMAS: Mira la luna

Fuente: todopaisajes.com

Y otra vez el silencio.
Mira la luna,
y conoce sus terrores.
Nuevamente nada.
Recorre la luna,
y observa sus miedos.
II
Y otra vez sin respuesta.
Mira la luna,
y conoce sus terrores.
Sigue callando.
Temes, temes fallar,
¿te atreves a continuar?
III
Y te pones nervioso.
Mira la luna,
y conoce sus terrores.
Perdura el viento.
Ignora todo, incluso el peso,
pero solo queda eso.
IV
Ya estás muerto.
Mira la luna,
y conoce sus terrores.
Fallaste de nuevo.
Todo está frío,
porque apagaste el fuego.

martes, 12 de abril de 2016

OTROS CUENTOS: Ya era tarde



Se abrazaron por muchos minutos sin importarles el ámbar del poste maltrecho que asolaba el borde de la vereda que colindaba con el San José. La noche era tan deprimente, a pocos metros; la avenida estropeaba el romanticismo con su oleada de carros, gritos, claxon y demás estruendos de pesadilla.

Le acarició la cabeza recorriendo suave sus largos cabellos y una sonrisa parecía estirarse desde su dermis hasta su rostro resplandeciente. Sus ojos redondos y abiertos a su máxima capacidad dejaban ver sus sentimientos. Suspiró y se acurrucó en su pecho.

Su corazón latió más fuerte cuando sintió su mejilla contra sí. La estrechó entre sus brazos y quiso protegerla y no dejarla ir nunca más. El reloj marcaba tiránico e inmisericorde un cuarto para las once. Era tarde, pero vivían un amanecer interminable.

Se besaron. Y cada uno parecía el primero. No por la torpeza, sino por las sensaciones que eran como nuevas. Nunca se gastaban, sino que, extrañamente parecían renovarse con cada contacto de labios. Sus largos dedos le rodeaban su cuello y lo acercaba a ella con violencia pasional.

Se fundían en los ojos del otro, y las personas que pasaban –o muchos rateros- no importaban nada o no existían ya que con sus suspiros los ahuyentaban. Ella se arregló el cabello, le dio un beso intempestivo, le tomó de las mejillas y después se prendió de su cuello como un candado.

Se despegó de él y le dejó una sonrisa casi boba que la acompañaba y apuntaba como un faro cuando se fue corriendo para cruzar la pista. Ya era tarde. Sería muy tarde después. Así que sin pensarlo más, se fue.

Aprovechó el semáforo en rojo y se escurrió entre los carros. Centímetros adelante tropezaría y caería, quedando a merced de los otros vehículos que venían a inevitable velocidad sin reparo ni remordimiento.

Mientras tanto, él caminaba, a espaldas de todo, convencido y diciéndose que había encontrado, por fin, el amor verdadero.

lunes, 11 de abril de 2016

OTROS POEMAS: Qué difícil es

Fuente: images.artelista.com

Más largo y desolado
que ir al punto penal,
es intentar besarte.
II
Porque la distancia
no se agota.
Por que me inunda la duda,
y el miedo flota.

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